¿Vivimos todavía en una sociedad machista?

El revuelo que hemos vivido este último mes a raíz del beso no consentido del señor Rubiales a la futbolista Jennifer Hermoso nos hace plantearnos una cuestión: ¿Vivimos hoy en día en una sociedad todavía machista?

R. S.

Mucha es la gente que ha salido defendiendo a Jennifer Hermoso, pero lo sorprendente es la cantidad de gente que ha salido defendiendo al mencionado señor Rubiales, incluso justificando sus actuaciones.

¿Tiene justificación que el presidente de una federación dé un beso sin consentimiento a una futbolista? ¿Tiene justificación que el presidente de una federación no dimita e incluso dé una versión que, a todas luces, dista mucho de la realidad? La respuesta a estas preguntas es NO. No tiene justificación alguna. Y esto nos lleva a pensar en la mentalidad que podemos tener en esta sociedad hoy en día. Sociedad que presumimos que ha evolucionado. Sociedad que presumimos que está dejando el machismo atrás. Pero, sin embargo, una chica que ha emitido un comunicado confirmando lo que ya sabíamos, que el beso no fue consentido, ha sido linchada y cuestionada. Este es el claro ejemplo de lo que sufren las mujeres hoy en día en nuestra sociedad.

Si extrapolamos esta situación a cualquier otra profesión, podemos darnos cuenta de que los hombres siguen llevando las riendas de los trabajos, aunque sean mayormente formados por mujeres, como es el mundo de la educación, o la sanidad. ¿A quién encontramos en los cargos más altos en la mayoría de los casos? A hombres, aunque, como decimos, esto no ocurre siempre. Por suerte, tenemos cada vez a más mujeres ostentando cargos, acorde con el porcentaje de mujeres que pueden encontrarse en el ámbito laboral.

Con todo esto, podemos ver que nos queda mucho por luchar y por ganar hoy en día en esta lucha que libramos desde hace años por unas estructuras sociales e instituciones que sean auténticamente democráticas donde no haya espacio para el abuso de poder, superando las jerarquías de mando sin control, garantizando la igualdad real. Porque el machismo no es sino una de las formas que adopta el abuso de poder.