SINTRAHOCU es la herramienta sindical de las trabajadoras del hogar: construyámosla

30 de marzo, Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar

Cada año, el 30 de marzo se conmemora, desde 1988, el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, con el propósito de promover el valor del trabajo del hogar y convocar acciones para reivindicar los derechos de quienes lo realizan, en su mayoría mujeres.

Fátima Lasala

Ese 30 de Marzo de 1988, se celebró el 1º Congreso Latinoamericano de Trabajadoras del Hogar, en Bogotá (Colombia) para visibilizar lo invisible: los millones de mujeres, incluidos niños y niñas, que en todo el mundo trabajan en este sector, en muchos países en régimen de semi esclavitud y sin ninguna protección social.

Conversamos con ALICIA PACAS, una mujer de origen salvadoreño que, después de muchos años trabajando en este sector en España, fundó junto a otras mujeres el sindicato SINTRAHOCU (Sindicato de Trabajadoras del Hogar y los Cuidados) en nuestro país.

¿Crees que valoramos (como sociedad) el trabajo del hogar y los cuidados?

Históricamente dicho trabajo ha sido asignado a las mujeres desde que nacemos, es un trabajo normalizado. Más adelante, las mujeres nos hemos visto en la necesidad de salir a la calle a buscar trabajo asalariado en otras casas, cuando en nuestros hogares no alcanzaba con un solo salario. Y entonces, empezamos a hacer dobles jornadas: el trabajo de tu hogar y el los otros hogares.

A pesar de que el trabajo doméstico no remunerado y remunerado es central para la “sostenibilidad de la vida humana” y para el funcionamiento de los hogares, la economía y el conjunto de la sociedad, todavía carece de reconocimiento, no le damos ningún valor, incluso las personas para las que trabajabas, y esto todavía sigue siendo igual para la sociedad, pero ya no para las que lo ejercemos.

¿Qué tiene de especial el trabajo del hogar y los cuidados que lo hace diferente a otras ocupaciones?

La OIT (Organización Internacional del Trabajo) ha señalado que esta relación laboral es atípica por una serie de características. En primer lugar, la invisibilidad: el lugar donde trabajamos queda fuera de la mirada del mundo exterior, inclusive de la inspección laboral y de otras formas de resolución de los conflictos. En segundo, suele haber una desproporción entre el poder de la trabajadora y la persona empleadora.  Esta última es quien fijaba el salario, la jornada laboral, la disponibilidad de días y las tareas a realizar.

Por último, las trabajadoras no tenían una herramienta de reivindicación laboral, por tanto, esto provoca que se explote a la trabajadora doméstica.

¿Cómo os sentís las trabajadoras del hogar y los cuidados?

Poco a poco las mujeres hemos tenido que salir de nuestros hogares para trabajar en otros, y cuidar de otras familias que no son las nuestras, cumpliendo dos largas jornadas de trabajo duro, el de nuestro propio hogar y, al que acudimos por un salario miserable. Esto nos ha llevado a reconocer el valor de nuestro trabajo, y nos enseña a ser cada día más independientes, permitiéndonos sacar a nuestras familias adelante. Descubrimos el potencial que llevamos dentro, para enfrentarnos a los desafíos que como trabajadoras de hogar y cuidadoras tenemos por delante.

Además, muchas de nosotras somos mujeres migrantes, que hemos aprendido a valorarnos y hacer muy bien nuestro trabajo. Nos hemos descubierto a nosotras mismas como mujeres especiales, imprescindibles y  seguiremos luchando para que así se nos reconozca. Cuidamos de tu casa, de tu ropa, de tus alimentos, cuidamos lo que más amas en tu vida , que son tus hijos, tus padres, tus abuelos, y cuidamos de ti, por todo esto, somos especiales e imprescindibles.

¿Qué es el Convenio número 189 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) y por qué es importante para las trabajadoras del hogar y los cuidados ?

El Convenio 189, adoptado por la OIT en junio de 2011,  junto con la recomendación 201, tiene como objetivo garantizar que las trabajadoras  del hogar y los cuidados puedan disfrutar de la misma protección social y condiciones de trabajo que el resto de personas trabajadoras.

Reconoce la importante contribución que realizan las trabajadoras del hogar a la economía global y pone en valor este trabajo que ha estado históricamente infravalorado, y que es realizado en su mayoría por mujeres. Aquí en España muchas de nosotras somos mujeres migrantes, lo cual lo hace un sector vulnerable en cuanto a discriminación laboral precarizandolo.

¿Cuál es la situación actual en España (en materia laboral) de las trabajadoras del hogar y los cuidados?

En España, se calcula que como mínimo, hay unas 600.000 trabajadoras, posiblemente muchas más, ya que una parte importante se ve obligada a trabajar sin contrato, al ser personas que se encuentran en situación administrativa irregular. 

El Gobierno español aprobó en 2011 el actual régimen especial de las trabajadoras del hogar y un compromiso para que, en los siguientes cinco años, se incluyera el derecho a paro para las trabajadoras domésticas.

Sin embargo, se incumplió, y no fue hasta el año 2022 que una sentencia del Tribunal de Justicia de Europa dictaminó que España discriminaba por razón de sexo a las trabajadoras del hogar por negarles la prestación de desempleo.

Por otro lado, España tampoco ratificó el convenio 189 de la OIT hasta 2023 y su aplicación sólo ha comenzado a ser efectiva a partir de noviembre de 2023.

Para nosotras, la ratificación del Convenio 189 en España es una victoria de las trabajadoras del hogar, gracias a nuestro empeño y lucha.

¿Qué supone la aprobación del Convenio 189 para las trabajadoras del hogar en el Estado español?:

En concreto, el convenio incluye: que las trabajadoras tengamos derecho al desempleo —tal y como exige la última sentencia judicial europea en esta materia—, que se incorporen al Fogasa. También regula los motivos de despido, nos incluye en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en especial atención contra el acoso sexual, y facilita las inspecciones de trabajo.

Por otro lado, el mismo Convenio 189 reconoce el derecho a la sindicalización de las personas que trabajan en este sector, y por tanto se hace necesario la creación de un sindicato específico para negociar la puesta en marcha de estos derechos en España.

¿Cuáles son las dificultades a la hora de aplicar este Convenio?

El nudo de la aplicación del Convenio 189 está en las cotizaciones a la Seguridad Social. Para ser más exactos, en quién las pagará para que las trabajadoras estén equiparadas en derechos laborales y sociales al resto de trabajadoras asalariadas.

El Ministerio de Trabajo ha planteado que el Estado asuma el necesario incremento de las cotizaciones, para que tengan derecho a paro y a una pensión digna, a través de bonificaciones para los empleadores. De este modo, ni empleadores ni empleadas notarían cambios en el salario abonado ni en el salario percibido.

Sin embargo, te diré, que si bien se han ganado algunos derechos, a esto se le suman deberes, como la profesionalidad del trabajo y los cuidados, lo cual es bueno para nosotras.

Pero la situación laboral ha empeorado, pues no todas las familias pueden pagar el salario mínimo, cada día se encuentran menos oportunidades de trabajo. Por este motivo, muchas familias eligen dar trabajo a mujeres que no tienen papeles y que están dispuestas a trabajar con salarios bastante precarios. Esto demuestra todo lo que falta por hacer. La Ley de Extranjería es una trampa que hay que pelear para que desaparezca.

¿Qué es SINTRAHOCU, cuándo nació, quienes la forman y qué pretendeis hacer?

En octubre de 2021, nace SINTRAHOCU (Sindicato de Trabajadoras del Hogar y los Cuidados); el primer sindicato en todo el Estado específico de trabajadoras del hogar y los cuidados.

Hay que tener en cuenta, que tanto el Convenio 189 de la OIT como la Constitución y las leyes españolas, otorgan a los sindicatos la capacidad de defender, luchar y negociar los derechos de las trabajadoras. Por este motivo, es tan importante la creación de SINTRAHOCU en este sector que ha sido históricamente invisible, porque es la herramienta legítima para avanzar y lograr la equiparación de derechos laborales.

Aspiramos a sindicar al mayor número posible de estas empleadas en todo el estado español dándoles voz propia y no subordinada a ninguno de los grandes sindicatos.

Es un lugar construido por nosotras y para nosotras. Donde nos encontramos las trabajadoras del hogar, nos organizarnos, aprendemos y compartimos saberes en la defensa de nuestros derechos.

Somos más que un sindicato, somos un espacio donde escucharnos, donde acompañarnos y romper con el aislamiento que este trabajo nos impone. Somos una red de contactos que puedan aconsejar o asesorar sobre dudas jurídicas, una red de apoyo ante la pérdida súbita del empleo.

Como resultado de tantas batallas, concentraciones, patadas en las calles, cansadas de ser ignoradas, damos un paso muy importante en la historia de nuestro sector de las trabajadoras del hogar y los cuidados. Decidimos construir nuestro sindicato, SINTRAHOCU, con la colaboración solidaria  incondicional de abogados y algunas compañeras que hasta el día de hoy nos acompañan. Queremos afiliar masivamente a todas las mujeres empleadas del hogar y de los cuidados. Deseamos que comprendan que SINTRAHOCU es el instrumento estratégico que nos llevará a sentarnos a la mesa de negociaciones, a poner nuestros derechos sobre esa mesa donde seremos nosotras mismas las que exigiremos el cumplimiento de nuestros derechos.

Hacemos un llamado a unirnos, compañeras: SINTRAHOCU es tu SINDICATO.

¿Qué nos queda por hacer como sociedad y, en materia laboral, en el campo de los cuidados y trabajo del hogar ?

La falta de valor que damos al trabajo doméstico ha profundizado la discriminación y ha dificultado transformar la visión de explotación histórica, y posicionar el principio de que el Estado y el/la empleador/a deben garantizar los derechos laborales en el trabajo doméstico con los mismos derechos laborales que tienen otros empleos y asegurar el trabajo decente. 

En muchos casos, a la discriminación que sufren estas personas por el trabajo que realizan se le agrega la discriminación por su condición de migrantes, o su característica racial y étnica.

En síntesis, se trata de un trabajo no debidamente regulado, controlado ni remunerado en el que queda mucho camino por recorrer para garantizar los derechos de las trabajadoras. Para empezar el convenio 189 de la OIT sólo ha sido ratificado por 35 países en todo el mundo. Extender este derecho a todos los países sería un gran avance.

El reto que tenemos ahora por delante es que todas las trabajadoras estemos en el régimen general de la Seguridad Social con todos los derechos, que se nos incluya en el Estatuto de los Trabajadores y las Trabajadoras, donde podamos igualar esos derechos.

A lo que aspiramos es a llegar a un sistema de cuidados público y comunitario donde no se deje a nadie atrás, donde los cuidados no estén mercantilizados, es decir, que las familias que no tengan los recursos para pagarlos no se queden sin ellos y que las propias trabajadoras del hogar puedan ser cuidadas en un futuro.

Los cuidados no pueden estar llevados por plataformas, sino que se ha de llevar por cooperativas u otras formas de organización.

El Estado tiene que garantizar el cuidado a todas las personas. Hay mucha gente sola que no se puede permitir contratar a alguien para que le cuide y la solución que se le da es que alguien las cuide con un contrato muy precario o meterlas en residencias, donde la gestión en muchas ocasiones también es cuestionable.

Creemos en una sociedad donde los cuidados son la base principal y han de ponerse en el centro, pero no a costa únicamente de las mujeres, especialmente de las mujeres pobres.

“A pesar de que el trabajo doméstico no remunerado y remunerado es central para la “sostenibilidad de la vida humana” y para el funcionamiento de los hogares, la economía y el conjunto de la sociedad, todavía carece de reconocimiento, no le damos ningún valor”.

Alicia Pacas