Jornada vecinal en defensa de los servicios públicos

Intervención de la Asociación Vecinal de Vicálvaro en la jornada vecinal en defensa de los servicios públicos.

 

¿Por qué siguen siendo necesarias Jornadas de reivindicación vecinal?

Porque sigue siendo necesario seguir luchando por nuestros derechos.

Porque vivimos en un territorio, llamado Comunidad de Madrid, que cada vez tiene menos de “Comunidad” y más de “ley de la selva”.

Porque comprobamos una y otra vez que una cosa es tener derechos reconocidos y otra muy diferente contar con los recursos necesarios para ejercerlos efectivamente, sin discriminación alguna y en condiciones de igualdad.

Porque en nuestra realidad cotidiana lo que observamos es que la desigualdad social, en todas las facetas de la vida, se extiende como un virus mucho más letal que cualquiera de los que se han producido en la naturaleza.

Según el informe Foessa de 2019 (la fundación que impulsa Cáritas), antes de la pandemia de Covid, un millón de personas estaban en riesgo de exclusión social en esta llamada “Comunidad”. ¡Un 16,2% de la población total!

De ese millón, la mitad eran calificados de exclusión severa, y la cuarta parte de exclusión extrema.

La “NOComunidad” de Madrid era la que sufría un grado de desigualdad mayor entre el 20% más rico y el 20% más pobre.

No podréis ni imaginar cuales son los principales factores de exclusión social según ese estudio. Son problemas que en Vicálvaro no conocemos, pues no los padece nadie: Vivienda, Trabajo y Salud. Lo dicho, eso son problemas que tendrán en La Moraleja o en Pozuelo, pero no aquí.

En realidad, y más en serio, nosotros podríamos añadir algunos más, pero si sirve de algo tipificar la exclusión social habría que decir que es sobre todo mujer trabajadora, joven y con hijos.

La pandemia no ha hecho más que empeorar la situación de desigualdad social porque no ha golpeado a todas las personas por igual. Los trabajadores que se encontraban por debajo de la línea de pobreza en Madrid tuvieron una pérdida salarial del 23,4% según las Universidades Complutense y de Oxford.

Según el informe de Foessa de 2020, el 49,2% de los hogares no pueden hacer frente al pago de la hipoteca o alquiler y el 51,2% no puede cubrir los gastos de suministros de la vivienda.

El 13% de los hogares están bajo la amenaza inminente de expulsión o desahucio.

Y mientras esto sucede a nuestro alrededor el gobierno autonómico perdona 1.000 millones de euros al año en el impuesto de patrimonio al 0,2% de la población (17.000 ricos) y 5.000 en el conjunto de impuestos a los más ricos al año.

Esta política impositiva junto a la voracidad privatizadora de los servicios públicos es lo que explica que no podamos esperar que estas instituciones puedan jugar el más mínimo papel redistributivo de la riqueza y que, por el contrario, fomenten un crecimiento sin fin de la desigualdad social.

Si extrapolamos esos datos, en Vicálvaro tenemos a más de 12.000 personas en riesgo de exclusión social. ¿Qué han hecho las instituciones más cercanas para paliar siquiera la epidemia social?

Fue más que significativo lo ocurrido en los primeros meses de la emergencia social provocada por la epidemia sanitaria. Tuvieron que ser los vecinos y vecinas quienes donasen alimentos, organizasen su recogida y su reparto entre las familias más necesitadas. Se hizo a través de la Despensa Solidaria de Vicálvaro mientras la Junta municipal se dedicaba a hacer contratos con grandes empresas para cubrir una mínima parte de la necesidad real. Ni se les ocurrió recurrir a los comerciantes locales poniendo de manifiesto su demagógica defensa del comercio de proximidad.

El otro ejemplo de inacción institucional fue la reacción ante la nevada de la tormenta Filomena. Una vez más tuvo que ser el propio vecindario el que tirase de pala para abrir las primeras trochas y caminos en la nieve, incluso para poder acceder a los centros públicos oficiales. La Junta municipal tardó una semana en hacer un simple contrato de compra de sal. Eso sí, no faltó la foto del concejal con la pala en la mano.

Aún se podría poner un ejemplo más, con graves consecuencias para miles de vecinos y vecinas de este distrito, como ha sido el caso del corte de suministro eléctrico en La Cañada. En plena pandemia y en pleno invierno, las instituciones madrileñas han condenado a muchas de familias, incluyendo 1.800 menores, a soportar un sufrimiento innecesario obedeciendo a intereses exclusivamente especulativos. Después de muchos meses La Cañada parece no existir, sigue igual respecto a los cortes de luz. El sector 6 no tiene y el 5, que pertenece a Vicálvaro, funciona a bajo rendimiento teniendo que ponerse de acuerdo entre los vecinos para repartirse el suministro que les llega a cuentagotas. En cuanto llegue el invierno estarán como el anterior.

Teniendo en cuenta la situación social de la que partimos y la que tenemos hoy en día, ¿podemos conformarnos con volver a la “normalidad” de 2019?

Teniendo en cuenta la pasividad institucional ante los problemas sociales, ¿podemos esperar sentados a que nos solucionen algo?

Tenemos que mentalizarnos y prepararnos para luchar por nuestros derechos y tenemos que hacerlo todos y todas a una.

Desde la AVV creemos que la prioridad en estos momentos es la defensa de la Sanidad Pública centrada en la defensa de los Centros de Atención Primaria, su refuerzo y su extensión.

Los Centros de Salud son la base de nuestro sistema sanitario, sin embargo, en el último periodo se ha reducido su personal ya sea por la vía de no reposición de bajas o traslados forzosos a chiringuitos “sanitarios” improvisados por la Sra. Ayuso, por jubilaciones o por no aceptar las condiciones laborales denigrantes que ofrecen a los aspirantes a entrar en el Sistema de Salud.

Se han recortado los presupuestos de la Atención Primaria.

Se han cerrado los Centros de Urgencias.

Se anuncia el cierre temporal de 41, con la amenaza de que sea definitivo.

Se han dejado de construir los nuevos pendientes desde hace años.

En Vicálvaro ya son dos los que faltan: Valderrivas y El Cañaveral.

Todo esto se traduce en listas de espera inaceptables, en masificación de los Centros, en sobresaturación de médicos y consultas de enfermería, que rompen la línea de atención y confianza entre médico y paciente.

Quizás es eso lo que se persigue para empujarnos a todos a contratar seguros privados y que paguemos dos veces por nuestra sanidad.

Desde la AVV hacemos un llamamiento a todas las entidades del distrito, así como a todos los vecinos y vecinas, a unirnos en una campaña de defensa y mejora de nuestros centros de salud a partir de septiembre. Es una lucha que merece la pena; nos jugamos nuestra salud y la de los nuestros.

También os queremos animar a haceros socios y socias y a participar con la Asociación porque, a partir de septiembre retomaremos las actividades que tuvimos que parar por la pandemia: la San Silvestre Vicalvareña, el 31 de diciembre; el Concurso de Cuento y Poesía de Vicálvaro, siempre alrededor del 23 de abril; la Hoguera de San Juan, en la noche del 23 de junio, y, por supuesto, la caseta de las Fiestas de Vicálvaro. Muchas gracias.