Comunicado de la AVV ante el caos y el colapso provocados

Frente a la pandemia de covid-19.

La situación sanitaria y social de Vicálvaro se enmarca en la grave situación que tiene la ciudad y la Comunidad de Madrid. Que el gobierno de Ayuso haya decretado un semi-confinamiento discriminatorio, inútil y clasista en 37 zonas básicas de salud desde el 21 de septiembre, es una demostración de la gravedad de la situación. Pero es solo una muestra. En realidad, la situación respecto al número de diagnósticos de covid-19, es similar o peor en otras tantas zonas básicas. Entre ellas está Vicálvaro.

Con el índice que se está utilizando de diagnósticos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, y a fecha 22 de septiembre, en la zona de salud de Valdebernardo tenemos 807, en la de Villablanca 837 y en la de Artilleros 1.036.

Debido a la falta de información y a que nos hayamos librado del nuevo confinamiento, la población de Vicálvaro puede tener la falsa sensación de que aquí las cosas no están tan mal. Pero, hay que tener en cuenta que uno de los criterios para incluir a las zonas de salud designadas era tener un índice de contagios de 1.000 por 100.000 habitantes.

Lo cierto es que si tenemos en cuenta la situación de nuestros centros de salud es un milagro que la epidemia no se haya extendido mucho más. Según las quejas de los propios vecinos y vecinas, se han visto obligados a acudir a pedir cita médica presencialmente debido al colapso total de las centralitas telefónicas; las citas se demoran hasta 7 días para el médico de cabecera (casi siempre son consultas telefónicas) y hasta 3 meses para un especialista. la falta de personal y las bajas sin cubrir, un problema crónico desde antes de la pandemia, ha provocado saturación en las consultas y falta de atención a los pacientes crónicos porque el personal se ha tenido que dedicar a la atención de enfermos de covid-19, ya que la Consejería no ha respaldado el trabajo de seguimiento contratando a rastreadores, epidemiólogos, personal auxiliar… llegando la situación al extremo de que uno de los centros, Artilleros, se cerrara por las tardes con el consiguiente perjuicio para los pacientes. El milagro lo han hecho los trabajadores de la salud que, a pesar de la continuación de la política de recortes en plena pandemia (cierre de 47 centros de salud, por ejemplo) con su esfuerzo y dedicación han logrado hacer mucho más de lo que la debilidad del sistema público de salud hacía prever.

No es casualidad que sea en esta zona precisamente, Artilleros, donde más alto es el índice de contagios. Dónde más se debilita el sistema público de salud, no se hacen esperar las consecuencias. A todo esto, hay que añadir que Vicálvaro no tiene un centro de urgencias de referencia desde que se cerró el 22 de marzo el de Pavones.

La situación sanitaria de nuestro distrito es muy grave y solo se puede evitar el colapso general si se toman urgentemente las medidas imprescindibles de refuerzo de los centros de salud.

En cuanto al comienzo del curso escolar, solo puede calificarse de caótico. A diferencia de otras comunidades autónomas, que han definido una estrategia educativa e incluso han retrasado el inicio del curso para preparar adecuadamente los centros antes de la llegada de los alumnos, la de Madrid ha optado por nimias medidas de apoyo (escaso refuerzo de limpieza, contratación precaria y temporal de profesores, asignación económica por centro sin tener en cuenta las necesidades reales…) y descargar todo el peso de la organización escolar en los equipos directivos de los centros .La ausencia total de previsión por parte de las autoridades educativas ha provocado que sea a lo largo del mes de septiembre, y a cargo de equipos directivos y profesorado, cuando se van dibujando las líneas de un curso que en cualquier caso va a ser problemático. El caos llega al extremo de que unos centros van a tener un modelo semipresencial mientras otros lo tendrán presencial, tras así haberlo solicitado. La diferencia es abismal, pues el riesgo de que solo se imparta la mitad de la materia en el primer caso es evidente.

En el caso de Vicálvaro, esa demora en la preparación se ha mostrado, por ejemplo, en que los alumnos no han podido pisar las nuevas aulas de la ampliación del IES Villablanca hasta el día 21 de septiembre. Las aulas no están preparadas para el seguimiento telemático, en muchos casos todos los espacios han tenido que reconvertirse en docentes, y aún y así no es suficiente para hacer efectiva la reducción de la ratio para garantizar la educación presencial.

Por todo esto, la AVV hace un llamamiento a todas las familias del Distrito a apoyar las movilizaciones que están protagonizando los trabajadores de la educación y de la sanidad pública. Llamamos a todos los vecinos y vecinas a participar en la concentración ante el centro de salud de Artilleros el jueves 24 a las 19 horas para exigir el refuerzo del personal sanitario. Y hacemos un llamamiento a coordinar las acciones de información, debate y/o protesta entre todas las entidades del distrito interesadas en la defensa de nuestros servicios públicos. Siempre respetando las medidas de higiene exigidas por las autoridades sanitarias.